Por estos días, el músico riograndense Facundo “Fakka” Nahuel Vargas atraviesa un momento clave de su vida artística y personal. Con más de dos décadas de trayectoria dentro del circuito musical fueguino, Vargas se prepara para una cirugía en sus cuerdas vocales que le permitirá volver a hacer lo que más ama: cantar.
Su vínculo con la música comenzó a los 11 años, cuando aprendió guitarra e instrumentos de viento dentro del folclore. De esos primeros acordes nació una pasión que lo acompañó desde entonces. “Empecé en la parroquia donde iba con mi familia, con el profesor Guillermo, que era no vidente y muy conocido en Río Grande. De él aprendí muchísimo”, recuerda.
Más tarde continuó su formación en el Colegio Polivalente de Arte y luego en la ciudad de La Plata, donde cursó durante seis años una carrera vinculada a la música. Su estilo se fue nutriendo de distintas experiencias, pero siempre con un sello claro: la Justicia Social y el amor como ejes temáticos.
Vargas integró diferentes proyectos, pero alcanzó su mayor visibilidad con la banda “El Corte Ska”, de estilo rock, con la que recorrió escenarios de la provincia y Buenos Aires. Actualmente, además de su carrera solista, se desempeña como tallerista municipal en el “Espacio Joven”, donde enseña guitarra y comparte su experiencia con las nuevas generaciones.
Recientemente, junto a la Secretaría de Turismo de Río Grande, presentó una sesión filmada en Cabo Domingo, donde interpretó su canción “Cielo y Luz”, inspirada en los atardeceres fueguinos. “Me sorprendí un montón porque no me lo imaginé. En ese momento estaba recién empezando con un problema en la voz, pero igual salió algo hermoso. De la mano de Martín y de Polos se hizo un gran trabajo”, cuenta el músico.
Ese problema vocal comenzó hace cuatro años como una disfonía leve, pero con el tiempo se agravó. Pese a sus conocimientos técnicos y al trabajo con la fonoaudióloga Diana Aguirre, el diagnóstico fue contundente: un pólipo en la cuerda vocal derecha, que le impide emitir correctamente los sonidos y le genera una disfonía constante. “Cada vez me cuesta más cantar. Los tonos graves y agudos me cuestan un montón”, relata.
Hoy, Facundo necesita una operación para poder seguir su camino en la música. Por eso, amigos y colegas se unieron para organizar un festival solidario con el fin de ayudarlo a reunir los fondos necesarios. “Acá pasa mucho que las bandas son muy unidas, somos todos muy amigos. En los momentos malos se ven las amistades también”, dice emocionado.
Entre la esperanza y el compromiso, Facundo Vargas sigue sosteniendo su arte como una forma de vida. Su historia es la de un músico que nunca dejó de creer en el poder de la comunidad, la música y la justicia social.
El Festival Solidario se realizará el próximo sábado 9 de noviembre, a partir de las 19:30 horas en Queens.
